I Love Pinochet (2001)

“Yo apoyo a Pinochet, si no hubiera hecho todo lo que hizo, Chile estaría como Cuba.”

Años después de dejar su cargo, Augusto Pinochet pasa a ser diputado de la República chilena, sin embargo después de dos meses en el cargo, es llamado a juicio en Europa por violaciones a los Derechos Humanos, además de cuentas bancarias secretas. En este panorama, el pinochetismo se manifiesta más fuerte que nunca, sin distinción de clases sociales. Marcela Said decide investigar a través de los testimonios y opiniones de partidarios de Pinochet, el porqué de su posición.

Marcela Said es una directora que gusta de explorar a través de la historia chilena y sus problemáticas, sobre todo de la dictadura ocurrida en Chile entre los años 1973 y 1990. Sin embargo, ella abarca el tema desde la visión de los agresores y cómplices. La primera vez donde vemos eso es en este documental, esto se repetiría en siguientes trabajos como El Mocito (2011) y Los Perros (2017). Sin embargo, a diferencia de sus trabajos antes mencionados. Acá no hay un sentimiento de pesar en ninguna de las personas que conocemos, nadie muestra algún sentimiento de remordimiento o empatía hacia las víctimas del periodo. Muestran un convencimiento muy fuerte de lo que piensan, lo que lo hace aún más crudo.

El documental muestra el apoyo al pinochetismo desde distintas perspectivas. En primera instancia se nos presenta gente de diversas clases sociales, haciendo una celebración por el regreso de Pinochet a Chile después del juicio que se le hizo en Europa. Este aspecto se ve a lo largo del documental por separado también. Vemos como gente tanto de clase alta como clase baja exaltan públicamente su apoyo a Pinochet. Donde muchas veces, se llega a rozar un fanatismo enfermizo. Un ejemplo de ello es cuando muestran a los hijos (ambos adolescentes) de varios de ellos, que comparten también el pensamiento de sus padres debido a que desde pequeños les inculcaron sus ideales. Uno de ellos llega a relatar con lagrimas en los ojos la emoción que sintió al verlo. Viendo que no solo se tiene al ex general como un líder, sino también en una posición de deidad.

Sin embargo, y pese al gran aporte que hace Marcela Said tratando de profundizar en este pensamiento. El documental parece más un recopilatorio que un largometraje que quiere reflejar una realidad política del país, por lo que hay ratos en que se termina quedando corto. Inclusive hay un historiador que hace algunas intervenciones, sin embargo, sus análisis no aportan mucho a la trama ya que no hace mucho hincapié en ellos. Pero esto se justifica debido a que el propósito del documental no es debatir contra la corriente pinochetista, sino tratar de entender su manera de pensar y ver el contexto político del país narrado desde su punto de vista.

I Love Pinochet nos muestra a través de imágenes y relatos, como el legado de Augusto Pinochet sigue presente aún en democracia, y como este influye también en gente con poder en el país. Nos muestra la posición de gran parte de un país, una postura generada principalmente por la ignorancia y violencia de un país dañado.
           
Documental



Dirección y guion: Marcela Said Cares.
Producción: Pablo Rosenblatt e Yves Jeanneau.
Director de fotografía: José Luis Arredondo, Marcela Said Cares y Óscar Urrutia.
Montajista: Ruben Korenfeld.
Sonidista: Boris Herrera y Jerome Ayasse.
Música: Jean-Paul Hourton y Philippe Boisier.

Gabriela Salinas M.

Comentarios