Robar a Rodin.




Robar a Rodin: La pérdida trae de vuelta a la memoria lo que no está. 


2005, junio. “El torso de Adele” no se encontraba en su lugar en la exposición del francés Auguste Rodin en el Museo Nacional de Bellas Artes de Chile. La estatua fue devuelta 24 horas después, por un estudiante de arte que afirma que no tenia intenciones maliciosas, si no que sustrajo la pieza como una “acción de arte”. 

El documental está estructurado de una manera que, a mi parecer, es bastante interesante. Comienza de inmediato con la problemática, el robo de una escultura, que llega a ser casi ridículo. Los guardias no notaron la pieza faltante hasta el día siguiente, las luces estaban apagadas y por consecuencia, las cámaras no funcionaban. Esto se explica ya en los primeros 15 minutos del documental. Es una técnica que me agradó, ya que, al revelar toda esa información en pocos minutos, atrae fácilmente la atención del espectador, que tiene ganas de saber que pasó y por qué pasó. 

Una cosa que no me gustó fue que no se decía o mencionaba el nombre de los entrevistados cuando aparecían por primera vez. Por un lado, me distraía tratando de averiguar quienes eran, cual era su relación con el caso y por qué estaban siendo entrevistados, como si fuera un conocimiento previo requerido al ver el documental. Pero ya en los créditos se mencionaba a los entrevistados, algo en lo que no estoy de acuerdo porque para cuando el documental se había acabado, no podía recordar las caras o quien fue el primero en ser entrevistado.

En cuanto al director, este fue el primer documental largo que hizo. Previamente, Cristóbal Valenzuela había hecho un documental corto de la noche de año nuevo, en 2010.

Trailer



Ficha Técnica

Dirección: Cristobál Valenzuela
Producción: María Paz González
Co-producción: Adriana Ferrarese
Fotografía: David Bravo
Montaje: Juan Eduardo Murillo
Sonido: José Manuel Gatica




Daniela Parra Díaz.
 

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